03 mayo 2009

La política y el aborto

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He buscado en libros, textos, religiones, políticas y filosofías una respuesta, o una verdad que me haga posicionarme en este tema, sin embargo resulta que aquí no hay razonamiento universal. Cuanto más sé como piensan otras personas más difícil se hace mi posicionamiento. Y entonces llego a la conclusión de que es una opción personal, de que tampoco importa tanto lo que yo opine, y a partir de ahí me centro en lo que debería hacer la política; y me voy a intentar explicar.

Por ejemplo, en los verdes el debate está servido. Desde aquellos que defienden que la mujer, como potencial madre, es la que debe decidir sobre su cuerpo y mente, hasta aquellos que defienden la vida por encima de todo, incluida la del no nato. Y este debate, siempre en términos de respeto, nos hace crecer y enriquecernos unos a otros, caminamos hacia posicionamientos muchas veces encontrados y no enfrentados. Y aquí es dónde voy, no a las opiniones personales, altamente respetables, sino al cómo y al por qué de este debate.

El gobierno quiere aprobar la ley de plazos a prisa y corriendo. ¿Cuándo se ha debatido el tema?, ¿cuándo he podido dar mi opinión en algún foro social?,¿me he perdido algo?,... y en una cosa tiene razón la Iglesia Católica, y es que ha conseguido crear debate, cómo, pues a su manera, pero ya ha hecho más que el gobierno. Así que veo una de las preguntas contestadas, por qué, pues porque es necesario poner una barrera de árboles al principio de un bosque que se llama crisis. ¿Cómo sino se entiende que en un momento tan delicado económica, social y estructuralmente el gobierno se plantee el cambio de una ley que ahora mismo lo que haría sería dividir la sociedad? Pues sólo me caben dos respuestas: la primera es que quiere aprovechar la coyuntura y meter por la parte de atrás una ley que lleva tiempos intentando aprobar; y la segunda que con esto quiere desviar la vista de un futuro aterrador, hacia una polémica ley que, a corto plazo, no tiene solución, simplemente porque es un dilema moral. Cualquiera de las dos me vale para definir a este gobierno como el mejor propagandista de todos los tiempos.

Pero aún queda otra cuestión, el cómo, de qué forma quiere aprobar esta ley. ¿es posible que hubiera más debate para decidir si España entraba en la OTAN que para esto? Sin entrar a valorar el fiasco democrático que fue aquello, por lo menos con lo de la OTAN se pudo votar. En la escuela se enseña a trabajar sobre dilemas morales, se crea debate, y en la asignatura de Educación para la Ciudadanía se enseñan valores democráticos. ¿me puede decir alguien dónde está el valor democrático cuando se quiere aprobar una ley de este calado, sin intentar el consenso, sin propiciar y favorecer un debate social? Muchos dicen que llevamos 30 años de debate, yo creo que son más, pero aunque fueran 100 años, a mi me parecen pocos. Explicaré mi posición con un símil: esto sería como si a un niño de cinco años llamado pueblo le preguntamos si quiere estudiar ciencias o letras y que de ello depende su futuro. En vez de dejar que decida el niño una vez ya haya crecido, lo que hacemos es que el papá gobierno, que casualmente detesta las letras, decide por nosotros y aquí paz y después gloria.

¿que si estoy a favor de esta ley?, claramente no, pero no porque la ley no me guste, sino porque políticamente creo que se está traicionando, por enésima vez, a la democracia de este país.

2 comentarios :

Luis Rodríguez dijo...

Animo tu valentía a la hora de escribir!

No es fácil dejar de ser "políticamente correcto", y convertirse en una persona auténtica. Ánimo y a seguir así.
Un abrazo

lorenzo meler dijo...

Gracias Luis. La verdad es que al principio pensaba como tú, pero una vez que dejas de ser políticamente correcto y empiezas a expersarte como uno quiere... no hay nada comparable a este tipo de libertad, a parte de que no concibo otra forma de escribir y de hablar si no es desde la verdad.

Un abrazo para ti también.