Ayer despedí a una de las mas bellas personas que jamás he conocido. Una de esas pocas personas que uno se encuentra en la vida y que le sorprende por lo feliz que es, por las ganas que uno tiene siempre de estar a su lado porque únicamente le reporta felicidad y alegria.
José Luis admiraba todo aquello que una persona hacía, sólo con decir que admiraba que yo fuera católico, que estuviera en los verdes y además que fuera seguidor de Gandhi; y eso que él no profesafa fe, era apolítico (no apartidista, no, Apolítico) y Gandhi, pues le caía bien, pero tampoco es que supiera muy bien que es lo que hacía.
El lunes, un brutal accidente se llevó la vida de este gran amigo que no podré olvidar en la vida. Esta elegía llena de dolor no está escrita en papel y sin embargo las lágrimas no hacen más que emborronar todas y cada una de las letras que escribo.
Sean conscientes de lo difícil que le será a esta humanidad tener una persona como "Otero". Persona que no se le conocían enemigos, ni envidias (ni esa envidia sana de la que a veces hablamos), ni rencores, ni odios, ni fastidios hacia él. Seguramente él si que tendría algún rencor, que para eso era humano.
Treinta y un años y ha dejado una novia con la que se iba a casar, una madre desolada, unos amigos desconsolados de dolor,... pero también ha dejado una iglesia abarrotada de gente que le amaba, gente que necesitábamos de él, drogadictos de su empatía, como inoculados por un virus para el que la única cura ha sido su muerte.
Gracias por todos los buenos momentos que has hecho pasar a toda la gente que te rodeaba, por haber unido a gente que seguro nunca se hubieran acercado por si solas, por escuchar a gente pesada como yo y muchos otros, gracias por aconsejar cuando era difícil y por animar cuando aún lo era más, gracias por reírte de ti mismo y por enseñarnos a reírnos a los demás ,gracias por dar que hablar BIEN de una persona, ... sin duda este mundo ha sido un poco mejor durante estos treinta y un años que has estado en él, y lo seguirá siendo aunque sólo sea por la huella tan profunda que has dejado en el corazón de tantísima gente.
GRACIAS "OTERO"
José Luis admiraba todo aquello que una persona hacía, sólo con decir que admiraba que yo fuera católico, que estuviera en los verdes y además que fuera seguidor de Gandhi; y eso que él no profesafa fe, era apolítico (no apartidista, no, Apolítico) y Gandhi, pues le caía bien, pero tampoco es que supiera muy bien que es lo que hacía.
El lunes, un brutal accidente se llevó la vida de este gran amigo que no podré olvidar en la vida. Esta elegía llena de dolor no está escrita en papel y sin embargo las lágrimas no hacen más que emborronar todas y cada una de las letras que escribo.
Sean conscientes de lo difícil que le será a esta humanidad tener una persona como "Otero". Persona que no se le conocían enemigos, ni envidias (ni esa envidia sana de la que a veces hablamos), ni rencores, ni odios, ni fastidios hacia él. Seguramente él si que tendría algún rencor, que para eso era humano.
Treinta y un años y ha dejado una novia con la que se iba a casar, una madre desolada, unos amigos desconsolados de dolor,... pero también ha dejado una iglesia abarrotada de gente que le amaba, gente que necesitábamos de él, drogadictos de su empatía, como inoculados por un virus para el que la única cura ha sido su muerte.
Gracias por todos los buenos momentos que has hecho pasar a toda la gente que te rodeaba, por haber unido a gente que seguro nunca se hubieran acercado por si solas, por escuchar a gente pesada como yo y muchos otros, gracias por aconsejar cuando era difícil y por animar cuando aún lo era más, gracias por reírte de ti mismo y por enseñarnos a reírnos a los demás ,gracias por dar que hablar BIEN de una persona, ... sin duda este mundo ha sido un poco mejor durante estos treinta y un años que has estado en él, y lo seguirá siendo aunque sólo sea por la huella tan profunda que has dejado en el corazón de tantísima gente.
GRACIAS "OTERO"
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