14 noviembre 2010

Domingo... descanso, que escriban otros (Anónimo)

Sacado del correveidile del ayuntamiento de Huesca.

Anoche mi madre y yo estábamos sentados en la sala hablando de las cosas de la vida... entre otras... estábamos hablando del tema de la eutanasia.

Le dije: 'Mamá, nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos de una botella. Si me ves en ese estado, desenchufa los artefactos que me mantienen vivo: "PREFIERO MORIR"

¡¡Entonces, mi madre se levantó con cara de admiración.. Y... me desenchufó:

El televisor,
el DVD,
el cable de Internet,
el PC,
el mp3 y el mp4,
la Play-2,
la PSP,
la WII,
el teléfono fijo,
me quitó el móvil,
la ipod,
el Blackberry
y me tiró todas las cervezas !!!

¡¡La madre que la parió!!

¡¡¡¡CASI ME MUERO!!!!

12 noviembre 2010

07 noviembre 2010

05 noviembre 2010

03 noviembre 2010

¿Necesidad?

Esta es una de esas cosas sobre las que reflexiono en bastantes ocasiones: La necesidad, ¿qué es lo que necesito en realidad?

Quizás uno de los mejores momentos para escribir este post sería la navidad, aunque visto lo visto prefiero hacerlo ahora y enlazarlo con la noticia que lanzaba hace pocos días Cáritas. Pero voy por partes que sino me pierdo.

Como digo, Cáritas lanzaba el otro día la noticia de que el año pasado atendió de urgencia a casi 800.000 personas (casi un 2% de la población del país). Con esto queda demostrado dos cosas, la primera es que la crisis es un hecho, y un hecho dramático, un 2% de la población pidiendo para poder comer (sólo en cáritas) es muy preocupante. La segunda, de la cual también se han hecho eco algunos medios de comunicación, es que Cáritas tiene cada vez más socios y aportaciones individuales, es decir, aun ha quedado algo de humanidad después de una época de deshumanización como la que hemos tenido. Pero no es esto lo que me ha llevado a escribir este post.

Quizás ahora que hay tanta gente que está pasando verdadera necesidad, el resto de personas hayamos empezado a comprender que es eso de la necesidad, o al menos reflexionemos sobre el tema. Conozco gente que se compra ropa todos los fines de semana, y a eso lo llama necesidad; otros se cambian de coche cada año o dos años, y eso también es necesidad; hay otros, o los mismos, que van a Ikea y casi todo lo que ven ahí lo ven necesario; hay quienes ven necesario cambiarse de móvil cada seis meses, tener un mp4 e incluso un ipad o un miniportatil; otras personas ven necesario tener una casa en propiedad, plaza de garaje y trastero;...

Parece con estas palabras que estoy juzgando a los que hacen todo esto (igual que me podrían juzgar a mí por otras cosas materiales que tengo y que las considero esenciales), pero lo que verdaderamente intento hacer es juzgar a toda una sociedad que como decía Eduard Punset: "hemos invertido demasiado tiempo en televisores, lavavajillas y demás objetos materiales y demasiado poco en la verdadera felicidad". Juzgo a una sociedad que se ha engañado así mismo definiendo necesidad a todo objeto material que le apetecía tener en un momento determinado, quedándose con ello en un falso primer escalón de la pirámide de Maslow. Y esta sociedad es tanto el que consume, el que vende, el gobierno que premia el consumo,...

Todos hablamos del consumo desaforado que estaba llevando la sociedad, pero seguimos consumiendo (los que podemos claro), somos conscientes del error, pero seguimos adelante, como el drogadicto que es consciente de lo que está haciendo pero no puede evitarlo. Algo así como una drogadicción colectiva de la que ahora mucha gente se ha tenido que desenganchar a la fuerza.

Dos formas veo de conseguir que la sociedad salga de este limbo de consumo. La primera es que cada vez haya más gente que únicamente pueda aspirar a lo verdaderamente necesario, forma que no comparto ya no sólo por el sufrimiento de las personas sino también porque una vez que se salga de esta situación volveríamos a lo mismo o peor (algo típico en las adicciones). La segunda forma es empezar a reflexionar cada vez que vayamos a adquirir un producto de consumo, evitando el autoengaño y poco a poco ir saliendo de este doloroso y falso mundo feliz, de este síndrome de diógenes consumista, para pasar de una vez a la siguiente fase en este juego que es la historia del ser humano, antes de que el "game over" llegue sin haber descubierto las maravillas que nuestra especie es capaz de realizar.