04 mayo 2013

Huelga de Hambre, carta a mis amigos

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Esta es la carta que les escribí a mis amigos para explicar por qué hago la huelga de hambre. No creo que sepa explicarlo mejor:
Hola amiguetes, ¿cómo va todo? Imagino que bien.

Os escribo porque hoy empiezo un ayuno que durará unos 12 días (o hasta que aguante). Algunos de vosotros no teníais ni idea de esta iniciativa (aquí tenéis el enlace para que vayáis leyendo cosicas), otros no entenderéis por qué lo hago y otros no compartís este tipo de acciones por la razón que sea. Pero quería escribiros este correo para comentar mis razones, qué me ha llevado a tomar esta decisión.

Lo primero que asalta mi cabeza y la de la mayoría de la gente es ¿qué vas a conseguir con esto? Y la respuesta rápida es un NADA rotundo. Y así es, bueno, así es en un mundo en el que se nos ha inculcado en que todo tiene que tener una rentabilidad, todo lo que hacemos tiene que reportarnos algo inmediato, las motivaciones de nuestros actos deben estar guiadas por los resultados que obtengamos. Y claro, esta huelga de hambre (o ayuno como me gusta llamarlo) no va a tener un resultado visible e inmediato, los políticos, banqueros y demás psicópatas que nos gobiernan les trae al pairo que unos perroflautas dejen de comer durante unos días, incluso mejor para ellos, así más débiles estaremos para dar por saco. Pero no todo en la vida se hace racionalmente ni con la expectativa de hacer algo que nos salga rentable. Cuando somos niños e incluso adolescentes, las motivaciones que nos llevan a hacer muchas de las locuras que hacemos nada tienen que ver con el dinero, ni la rentabilidad, ni el trabajo, ni el futuro,... muchas veces no se piensa si lo que se está haciendo tendrá alguna repercusión (ni positiva ni negativa) simplemente lo hacemos, un instinto llamado felicidad/amor nos lleva a hacer estas cosas.

Pues algo así siento ahora, pero con una pequeña dosis de realismo, de indignación y de rabia. El realismos (maldito realismo) me dice que cuando termine este ayuno el mundo seguirá igual o peor. La indignación y la rabia la tengo hacia mi sociedad que a pesar de lo que está pasando (y pasaba antes de 2007) sigue adormecida, buscando excusas mentales para confirmarse a sí mismo que cualquier tipo de movimiento en contra del estatus quo no vale para nada. Pero sobre todo, lo que siento es amor, amor por Elena y Pedro, por mi familia y amigos, por mi ciudad y por toda la sociedad (incluidos los psicópatas que he mencionado antes). Es este amor el que me motiva a hacer estas locuras. Es el mismo amor que en la adolescencia me motivaba a hacer todo tipo de locuras para conseguir una sola mirada de ese amor no correspondido, aunque el realismo me dijera que jamás lo conseguiría.


Soy cristiano (pero no Ronaldo, jejeje) y como tal no puedo dejar de amar, es imprescindible hacerlo. En eso se basa la fe, en amar. Hace unos años me enamoré de la figura de Gandhi (como muchos ya sabréis) y a cada descubrimiento que hacía de él más me iba cuestionando qué es lo que estaba haciendo yo por cambiar este mundo, cuál era mi destino insignificante. Einstein dijo sobre Gandhi algo que se me quedó grabado: "Las generaciones del porvenir apenas podrán ceer que un hombre como éste pudo existir en carne y hueso y caminó sobre esta tierra." Gandhi decía sobre los cristianos: "cada vez que leo el evangelio me siento cristiano, cuando conozco a los cristianos dejo de sentirlo". Al parecer Gandhi hizo 17 huelgas de hambre y todo su mensaje era por amor. Yo no quiero ser Gandhi, él era él, en su tiempo y en su tierra, pero gracias a acercarme a su figura y a ser cristiano siento la necesidad de amar, y amar, para mí, significa darlo todo por los demás, a veces irracionalmente sí, pero son estas locuras las que me hacen sentirme vivo y libre, que no estoy dominado por un sistema que nos hace conducir constantemente en la misma dirección, quiero liberarme de los clichés que me dicen (y hasta yo me digo) que lo que hago no vale para nada, que es una pérdida de tiempo. ¿Habéis leído el libro "Momo" de Michael Ende? Tiene una frase genial que dice algo así como: "Los hombres grises nos obligan a ganar tiempo haciendo todo más deprisa para luego matar ese tiempo"

Podéis pensar (y sé que mucha gente lo hace) que todo lo que llevo haciendo en política y ahora hago con el ayuno, a parte de una pérdida de tiempo, es un hobbie para mí, pero no es así. La diferencia de lo que hago con un hobbie es que en un hobbie difícilmente se puede mostrar amor. 

Algunos creéis que esto del ayuno es una agresión contra mi cuerpo. Sin embargo, todas las religiones tiene momentos de ayuno, principalmente para la reflexión y la meditación: Los cristianos con la cuaresma (aunque se haya desvirtuado en poder comer marisco los viernes), los islamistas con el Ramadán, los budistas hacen largos periodos de ayuno,... los animales y los niños hacen ayunos instintivamente cuando están enfermos o han tenido un accidente, si necesitamos relajarnos o pensar, es imprescindible hacer ayuno; y cuando estamos cercanos a la muerte dejamos de comer, no para morir antes, sino como respuesta a una posible curación. Además, para todos aquellos que estéis preocupados, sabed que todos los días nos hacen un seguimiento (peso, tensión,...) y que podemos tomar infusiones (con poquita azúcar) para regular diferentes medidas que desconozco y tenemos que tomar como mínimo tres litros de agua al día.

Y ahora viene la pregunta de para qué lo hago. El porqué ya está claro, por amor. ¿Pero con qué finalidad? Pues principalmente porque es una forma diferente de llamar la atención de la gente, de decirles que hay que empezar a nadar contrarriente en este canal al que nos han echado (el capitalismo/consumismo) e intentar salir de él para ser más felices, para ser más libres, para despertar. También lo hago como periodo de meditación, de reflexión sobre lo que está ocurriendo, para analizar con mayor lucidez lo que ocurre a mi alrededor. Tambień es una forma de protesta, de decirle a la sociedad que estamos dispuestos a pasar hambre, porque sentimos hambre de justicia. Y con esto consigo empatizarme con la gente más necesitada porque aunque yo sé que dentro de doce días volveré a comer, habré sentido por unos días lo que millones de personas sienten a diario en este planeta injusto.

Os contaría más cosas sobre esta opción que he decidido tomar pero creo que ya me he alargado bastante. 

Aunque os pueda parecer difícil de ver, esto que hago lo hago por amor a Elena y a Pedro (que no los veo en toda la semana). Lucho cada día por ellos, por su felicidad, y más que una irresponsabilidad, que es lo que muchos me dicen, es un amor incondicional, a ellos y por supuesto a vosotros.

Un abrazo muy fuerte, Lorenzo
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